¿Cómo se evitan problemas en dientes causados por el estrés?

Tenemos interiorizado y asumido que el estrés, uno de los principales males de nuestro actual estilo de vida, es en gran parte responsable de numerosas afecciones, dolencias y enfermedades físicas y mentales tan variadas como depresión, ansiedad, insuficiencia cardíaca, presión arterial elevada, obesidad, diabetes o problemas de diversa índole en la piel.

Lo que muchos desconocen es la relación directa entre el estrés y los problemas dentales. La palabra estrés deriva del verbo “stringere” que podríamos traducir del latín como apretar. A la consecuencia principal de apretar y rechinar los dientes, consciente o inconscientemente, día y noche, incluso mientras dormimos, se le denomina bruxismo.

El bruxismo, que afecta a un amplio porcentaje de población, puede provocar un importante desgaste de las piezas dentales aumentando la sensibilidad de las mismas, así como causando insomnio, tensión muscular y afectación de la articulación de la mandíbula que desencadene dolores de oído, cabeza o cuello.

En los casos más graves de bruxismo, el odontólogo recomendará el uso de una férula oclusal o de descarga. Estas piezas de protección dental no tratan las causas sino los síntomas, es decir, no eliminan el bruxismo sino que centran su objetivo en descargar la articulación reduciendo las temidas consecuencias antes mencionadas.

Por otro lado, el estrés motiva que descuidemos nuestra salud bucodental y adquiramos hábitos poco saludables que terminarán afectando tanto a la producción como al PH de nuestra saliva que tornará en ácido, atacando el esmalte de los dientes, lo que puede derivar en caries o cambios en la coloración.

Está absolutamente demostrado que el estrés conlleva un importante descenso de las defensas del organismo que originará la aparición de las molestas aftas (úlceras en la cavidad oral).

Otras complicaciones derivadas del estrés en los que respecta a la salud bucodental son la gingivitis (inflamación y sangrado de las encías), la periodontitis o la pérdida de piezas dentales.

Lógicamente, hay personas a las que el estrés no les produce problema dental alguno y otras a las que la ansiedad les afecta enormemente por lo que al menos debemos controlar las variables que están en nuestra mano: adoptar hábitos saludables y acudir periódicamente a revisiones con el odontólogo.