El dolor es el aviso que, en ocasiones, utiliza nuestro cuerpo para hacernos saber que algo no está funcionando como debiera y que debemos reaccionar con rapidez para diagnosticar el problema y encontrar una solución.

Con más frecuencia de la creemos, pacientes que sufren patologías como el dolor de cabeza, cuello o espalda no encuentran solución a sus dolencias pese a acudir al médico. Esto es debido a que el origen del dolor no se ubica necesariamente en el mismo lugar donde se refleja, es decir, puede tratarse de un dolor referido. Uno de estos puntos donde asiduamente se origina el dolor de cabeza, es la articulación temporo-mandibular (ATM), que es la articulación que une la mandíbula al cráneo, de ahí la relación entre el dolor de cabeza y los dientes.

La mala posición dentaria o el mal funcionamiento del sistema estomatognático pueden ejercer una presión mayor de la deseada o un desequilibrio en esta articulación que favorezca la aparición de dolor, bien en la misma, bien diferido a la cabeza, el cuello o la espalda, que podría verse acentuado por el estrés, que aumentaría la sobrecarga.

Los problemas de la articulación temporo-mandibular responden a una serie de desórdenes que afectan a los músculos masticatorios, a la oclusión y a la articulación temporo-mandibular y que pueden dar lugar a las siguientes alteraciones:

-Alteraciones funcionales donde podemos encontrar: desviación y/o limitación de la apertura, limitación de la lateralidad y ruidos intra-articulares que afecten al conjunto funcional del habla, la masticación y la deglución.

-Síntomas dolorosos asociados como el dolor de: cabeza, cuello, oídos, maxilares, esternal, ojos, dentario y otros síntomas como zumbidos, acúfenos, vértigo, pérdida de equilibrio, problemas visuales, alteraciones de la posición y sensación de quemazón.

Por todo lo expuesto, el enfoque de esta patología ha de ser  multidisciplinar y requerirá la ayuda de un ortodoncista, fisioterapeuta, cirujano maxilofacial, odontólogo o neurólogo, según el caso.

Estos desórdenes articulares se asocian frecuentemente con diferentes tipos de maloclusiones, por lo que el papel de la ortodoncia se antoja fundamental; estudios recientes han demostrado que corregir la maloclusión y conseguir los objetivos estáticos y funcionales marcados, pueden prevenir, disminuir o eliminar los signos y síntomas de estos desórdenes de la articulación temporo-mandibular y por tanto, como se ha dicho, de los dolores asociados de cabeza, cuello y espalda.